Momentos claustrofóbicos

A causa de un cerrojo defectuoso me quede encerrado en un baño de un hotel, estaba un poco ebrio y esto ocurrió durante la madrugada mientras los demás dormían, al darme cuenta de la situación lo primero que hice fue intentar abrir varias veces girando la perilla de la puerta, al no obtener resultado alguno, saque todo lo que tenia en mi en mis pantalones, mi cartera con credenciales, un pluma y mi celular, intente abrir con la credencial vieja de la universidad intente unos cuantos minutos pero esto no ayudó mucho pues esto funciona solo de fuera hacia adentro, me sentí un poco decepcionado, me senté en el inodoro y paso por mi mente será horrible dormir en la bañera, no me resigne tan fácil busque algo que me sirviera en el baño para desarmarla, al no encontrar nada lo único que me quedo fue intentar desarmarla con la pluma, rompí un pedazo de la pluma, jale el adorno que de la perilla que cubría los tornillos ocultos y con el pedazo que rompí comencé a destornillar, aunque batalle un poco al principio los tornillos cedieron y esto me dejo ver el problema dos barritas importantes en el mecanismo para jalar el pasador metálico que cerraba estaban sueltas, las acomode de tal manera que estas formaran parte del mecanismo, gire la perilla la puerta se abrió y  solo me quedo volver a poner a los tornillos en su lugar y taparlos con la plaquita de metal que adornaba la perilla y todo estaba listo, media hora después había salido del baño.

Estar en esta situación hizo darme cuenta de que aunque  las cosas no nos salgan bien y se pongan más feas, siempre el problema se soluciona y con el tiempo estos se convierten en las mejores anécdotas.

Moraleja: Siempre carga contigo una pluma nunca se sabe cuando se necesitara.